¿Quién fue
Zamora Vicente?
Es necesario
responder a esta
pregunta desde
otra: ¿qué es el
extremeño? Hay
quien habla del
extremeño como
algo
insignificante,
como un habla de
tránsito… Mis
conocimientos
filológicos no
son muy extensos
aún, pero para
mí el extremeño
es algo más,
algo singular.
Quizá no llegue
a la "categoría"
de dialecto
(aunque para mí
lo es), pero no
está ahí su
importancia.
Ésta se
encuentra en las
variedades de
extremeño que
nos encontramos.
No es lo mismo
lo que oímos en
Cáceres, en
Valverde del
Fresno, en Torre
de Don Miguel o
en Llerena, por
ejemplo. Eso es
lo que más me
emociona de "mi
idioma", y eso
supo descubrirlo
Zamora Vicente
también, como
muchos otros.
Esto queda
reflejado en el
mismo título de
su tesis
doctoral: El
habla de Mérida
y sus cercanías
y no "El habla
de Extremadura"
o "El
extremeño",
porque no es
igual lo que se
habla en Mérida
que lo que se
habla en
Badajoz, vuelvo
a repetir,
porque el
extremeño es
especial.
Alonso Zamora
Vicente marca un
antes y un
después en la
investigación
dialectológica y
filológica. Su
figura es
interesantísima,
al igual que sus
métodos de
estudio y
análisis. No
puede serlo
menos al
tratarse de
alguien que
colaboró en el
Centro de
Estudios
Históricos
(hoy Consejo
Superior de
Investigaciones
Científicas,
C.S.I.C.) y que
convivió con
estudiosos de la
talla de Ramón
Menéndez Pidal,
Américo Castro,
Tomás Navarro
Tomás, Pedro
Salinas o Dámaso
Alonso, que
dirigió su
mencionada tesis
doctoral,
calificada por
muchos
intelectuales
como magistral o
como "monografía
modelo" (Sever
Pop).
Centrándome algo
más en el
extremeño, he de
preguntarle,
profesor, ¿qué
es el castúo? Yo
no lo sé, para
mí no es un
sinónimo de
extremeño, es
una invención
sin rigor que yo
no comparto, ¿o
quizá tiene algo
que ver con la
obra El
miajón de los
castúos? Si
es así, ¿por qué
no se ha tomado
otra voz
procedente de la
obra de otro
escritor
extremeño? Me
gustaría que me
respondiera a
estas preguntas
y me corrigiera
si no es cierto
que el extremeño
tiene muchas
variedades
extendidas por
todo el
territorio. En
mi opinión, un
hecho
fundamental es
que el extremeño
ya se escribe,
que no estamos
hablando de
cualquier cosa.
Esto es muy
importante, pues
significa que no
solo nos
ocupamos ya de
una
manifestación
popular, sino de
una
manifestación
cultural,
vehículo de
expresión
literaria. Esto
ocurrió en el
siglo XIII con
el castellano:
era un dialecto
no arraigado en
la población,
pero desde
Alfonso X el
Sabio y su
"castellano
drecho", fue
convirtiéndose
en una lengua
que en los dos
siglos
siguientes se
internacionalizó.
Salvando las
distancias y
según mi
criterio, el
extremeño está
viviendo un
proceso similar.
Me gustaría,
profesor,
conocer su
opinión al
respecto.
Para finalizar,
me gustaría (ya
que usted es
miembro) animar
a la Real
Academia de
Extremadura de
las Letras y las
Artes a seguir
fomentando la
difusión y el
conocimiento del
extremeño dentro
y fuera de
Extremadura.
Ojalá algún día
exista una
literatura en
extremeño
plenamente
consolidada,
aunque debo
admitir que yo
soy un poco
reticente aún a
escribir en "mi
idioma". No sé
si esto cambiará
algún día, pero
de momento…
También querría
agradecer a
Zamora Vicente
lo que hizo por
el extremeño
(que creo que
fue mucho) y a
la Academia de
Extremadura por
su trabajo
realizado.
¡Gracias! Espero
su respuesta.